martes, 10 de enero de 2012

¡Y LLEGARON LOS REYES!

Un año más escribí mi carta a los Reyes Magos con la ilusión intacta porque a pesar de mis años sigo creyendo en la magia.
Como siempre mi principal petición era unas chispitas de mágia para mi familia, la indispensable para que todo siga como hasta ahora; tal y como están las cosas no es cuestión de abusar y pedir más de lo estrictamente necesario, mejor ir repartiendo un poco porque la alegría compartida siempre sabe mejor.
 
Además, en mi carta siempre escribo un apartado para mi REY MAGO ESPECIAL, ese que desde niña es el guardián de mis deseos y que me suele dejar como presente especial algún objeto al que normalmente me cuesta un poco encontrar su significado, pero que cuando por fín doy con él siempre me resulta de una ayuda inestimable. Debo aclarar que esa sorpresa especial nunca la encuentro con los demás regalos en la noche del día cinco, sino que cualquier noche oscura mi intuición me lleva hasta el lugar donde se esconde y entonces su magia  comienza a llenar mis días de colores diferentes y especiales para mí desconocidos hasta ese momento.
 
Este año, en la mañana del día cinco, inesperadamente me crucé con Gaspar y, más inesperadamente todavía, me preguntó si ya había escrito mi carta este año; por supuesto mi afirmación no se hizo esperar, a pesar del desconcierto que me produjo su sonrisa, y con un brillo especial en los ojos me dijo que tendría una sorpresa. 
 
Aunque siempre diga que creo en la magia no me considero lo suficientemente ilusa para creerme lo que me diga un rey mago cualquiera que me encuentre por la calle (sobre todo porque mi rey mago especial siempre ha sido Baltasar), pero como mi marido dice vete tu a saber, porque desde que hay "guasap" las noticias corren que da gusto y los secretos ya no son lo que eran.
 
Y llegó el día seis, regalos por todas partes, paquetes y más paquetes con nombres diferentes, un riquísimo roscón con nata para desayunar y chuches y bombones en cantidades industriales para despedirnos de las navidades con un dulce sabor de boca.
 
Hasta aquí todo normal, el día pasó con la familia intercambiando regalos como cualquier otro año, brindando por un año al que tan sólo le pedimos que sigamos todos juntos como hasta ahora y disfrutando de los más pequeños que en su inocencia creen de verdad en la magia de despertar una mañana y encontrar regalos bajo el arbol.
 
Era ya tarde cuando abrí mi correo, y allí estaba, una notificación de ACEN de que mi microrelato romántico había sido seleccionado para publicarlo en el libro “Cachitos de amor”, que saldrá a la venta el próximo mes de febrero y cuyos beneficios irán destinados a realizar actividades de lectura para niños y niñas con discapacidad. Son tan solo cinco líneas, pero es la primera vez que voy a ver mis letras impresas en un libro que será especial. La verdad es que todavía no me lo creo del todo, pero tengo ganas de verlo y sobre todo de olerlo, si los libros huelen siempre tan bien ¿a qué olerá un libro con tus letras?.

Y todo esto... ¿será cosa del "guasap"?

 

2 comentarios:

  1. y érase que se era una mujer llamada mar...
    y érase que se era un duende magnífico...
    y érase que se era que en una conjunción de no sé qué demonios unas frases van a ser escuchadas por...después de los niños, mar, los discapacitados..o quizá antes, en no siendo padre, son las personas que más amo...y me refiero a las personas que me son desconocidas...
    medio be...no, BESO ENTERO.

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  2. Un hermoso blog el que has logrado conformar, me encanto visitarte.

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Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque esta sea un simple murmullo.
Confucio