viernes, 30 de diciembre de 2011

lunes, 26 de diciembre de 2011

OLENTZERO



Con su pipa en la boca y el saco al hombro, Olentzero abandona la tarde de Nochebuena su baserri del monte y baja para atender las peticiones de los más pequeños que le reciben sonrientes e ilusionados cantándole su canción en Nochebuena.




Por si alguno no lo conoceis y os interesa saber su historia os la dejo aquí.



OLENTZERO


En los bosques de Euskal Herria, hace muchísimos años, vivía un hada muy bella de cabellera amarilla y ojos muy brillantes. Como todas las hadas cuidaba de la gente y estaba acompañada por criaturas como duendes llamados Prakagorri (pantalones rojos) que la ayudaban en todo su trabajo. Un día que el hada estaba viajando a trabes de las montañas mientras estaba peinando sus cabellos en una fuente los prakagorri le anunciaron que algo había moviéndose entre los helechos. Los duendes gritaron para llamar la atención del hada y ante la sorpresa del hada que no entendía como los humanos habían podido dejarlo abandonado encontraron un bebé humano. Por ello el hada le dijo al bebé: "tu nombre será Olentzero, porque es una cosa maravillosa haberte encontrado. Y por este acto te daré los regalos de Fuerza, Coraje y Amor, por todo el tiempo que tú vivas". Entonces el hada cogió al niño y lo llevo a una vieja casa en el limite del bosque donde vivían un hombre y una mujer que no tenían hijos. Así que sabiendo el hada que serían muy felices de recibir el bebé lo dejó enfrente de la puerta para que ellos lo encontraran.


Muy pronto, al amanecer, cuando el hombre se levantó a ordeñar las vacas encontró al bebé y corriendo grito y se lo enseñó a su esposa, muy contentos de haber recibido a ese niño rápidamente lo taparon con una frazada, le dieron de comer y lo tomaron como su hijo. A partir de ese momento, Olentzero creció entre los bosques y se convirtió en un fuerte, amable y saludable hombre que nunca tuvo la preocupación de como había llegado a ser encontrado por sus padres. Olentzero trabajaba todos los días del año haciendo carbón y ayudando a su padre. Pero lo inevitable sucedió y después de muchos años los que habían sido sus padres murieron y Olentzero se quedó muy solo en su casa del bosque haciéndose viejo según pasaban los años. Durante el paso de los años Olentzero fue entristeciendo y se fue dando cuenta de lo que necesitaba era ayudar a otras personas que lo necesitaban. Recordó que en el pueblo había una casa donde vivían los niños que no tenían padres, ellos vivían de lo que la gente del pueblo les daba, esos niños eran muy solitarios como yo, pensó el Olentzero así que trató de hacer algo para que esos niños fueron más felices.

Así que como Olentzero era muy hábil haciendo cosas con las manos se dispuso a hacer juguetes para los niños y muñecas para las niñas con la idea de darles los juguetes cuando fuera al pueblo a vender carbón. Cuando acabó de hacer las muñecas y los juguetes, los metió todos en un saco y cargo el saco en su burro junto al carbón y marchó al pueblo muy contento pensando en lo que iba a hacer.

Olentzero les dio los regalos a los niños y estuvieron muy contentos, él estuvo jugando con ellos todo el día y contándoles las historias que había aprendido de su padre cuando era pequeño. Los niños y niñas a partir de ese momento amaron mucho al Olentzero y ya no se sintieron tan solos como antes. Olentzero fue muy bien reconocido en el pueblo y cada día cuando llegaba al pueblo a vender su carbón era rodeado por todos los niños.

Esto sucedió durante muchos años hasta que un día hubo una tremenda tormenta en el pueblo, bosque y montañas la cual destruyó muchas cosas. Los truenos, rayos, y el frío dejaron muy asustadas a las gentes del pueblo y especialmente a los niños. Un día Olentzero estaba de camino hacia el pueblo y vio un rayo que caía en una casa. Se acercó y vio a unos niños en la casa asustados y pidiendo ayuda dentro de la casa que estaba en llamas. Cubrió a los niños con una manta para protegerles del fuego y los saco de la casa a través de una ventana por el primer piso. Mientras él estaba tratando de salir una gran viga cayó sobre el Olentzero provocando que su fuerte y gran corazón se detuviera. Cuando se enteraron las personas del pueblo lloraron por lo sucedido dándose cuenta de que no había nada que ellos pudieran hacer.

En ese mismo momento fueron sorprendidos por una brillante luz que salía de la casa. Mientras nadie pudo ver lo que sucedía dentro de la casa, dentro de ella, apareció el hada que había encontrado al Olentzero cuando era un bebe en el bosque muchos años antes, está le llamo por su nombre con su dulce voz. El hada le dijo al Olentzero: "Olentzero, tu has sido un buen hombre, lleno de fe y de buen corazón. Has dedicado toda tu vida a hacer cosas para los demás, y has dado hasta tu propia vida para salvar a otras personas. Por lo tanto no quiero que te mueras. Yo quiero que vivas para siempre. De ahora en adelante tu harás juguetes y otros regalos para los niños que no tienen padres y en todos los rincones de Euskal Herria", al oír esto los parakagorris se apresuraron a decir que ellos le ayudarían.

Y a partir de ese momento así sucedió. En la mitad del invierno, al final de cada año, Olentzero va por todos los pueblos de Euskal Herria repartiendo juguetes a los niños y los niños de todos los pueblos celebran la llegada del Olentzero cantando canciones y esparciendo mensajes de amor.

viernes, 23 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

Hola a todos.
Aquí estoy de nuevo, después de casi un año sin dar señales de vida.

He tenido esto muuuuuy, abandonado.

Os pido disculpas por esta prolongada ausencia, pero... bueno, una vez más me han abandonado las Musas.

Como no me siento capaz de seguir teniendo este lugar así de abandonado (aunque nunca olvidado), a la espera de que sucedan cosas fascinantes sobre las que escribir, he decidido que ya es hora de volver a retomar esta parte de mi vida que echaba de menos a menudo.

Aunque hoy sólo sea para desearos a todos una muy



miércoles, 12 de enero de 2011

"Este jueves, un relato"

HISTORIAS CALENTITAS



 El viaje hasta tí ha sido largo y duro, el cansancio de tantas horas conduciendo se acumula en mi cuerpo y, a pesar de que el tiempo ha mejorado, tan sólo con cerrar los ojos sigo oyendo como las gotas de agua chocan contra el asfalto cada vez con más fuerza, ese ha sido el tintineo que me ha acompañado durante todo el camino que me acercaba al lugar de nuestro oculto encuentro.
Comienzo a sentirme por fin más tranquila cuando nos encontramos en la terraza del hotel, la vista es maravillosa, aún más increíble de lo que había imaginado. El sol brilla con fuerza al reflejarse en el mar, tanta luminosidad hace daño a mis pupilas acostumbradas a los grises días del invierno, pero a pesar de ello no me canso de mirar la bahía que enmarca ese majestuoso mar azul que se ofrece ante mí.
Te siento detrás, siento como te acercas a mí, como tu pecho se funde con mi espalda y tus brazos rodean mi cuerpo mientras me susurras al oído que ahora necesito relajarme; me coges de la mano, me llevas contigo y me susurras que vas a hacer todo lo posible para que este encuentro sea inolvidable, me llevas al baño y me muestras la gran bañera llena de espuma con un agradable aroma a rosas que lo impregna todo.
Me dejas a solas, me quito la ropa y me sumerjo en ese agua que me invita a disfrutar silenciosamente, mientras una gran emoción me embarga al darme cuenta de que has pensado en todos los detalles para que mi corazón se sienta pleno de felicidad y mi mente no vacile ni por un momento en que merezco este descanso de la rutina diaria.
Suena una suave música de fondo que inunda por completo mis sentidos y cierro los ojos completamente relajada; te acercas a mí sujetando dos copas de champán, me entregas una mientras levantas la otra y ofreces un brindis por nosotros, por el sentimiento que nos embarga, porque este momento sea infinito y sobre todo inolvidable.
Uno mi copa a la tuya mientras te digo que ya lo es, que con tus detalles estás fabricando recuerdos que harán inolvidables cada uno de los segundos de este día y mirándonos a los ojos tomamos un sorbo del fresco, dorado y burbujeante brebaje.
Te inclinas hacia mí y me besas suavemente dejándome con ganas de probar tus labios, de saborear la dulzura que apenas he intuido en ese breve roce, pero que ha conseguido dejarme hambrienta de ti.
Te miro con ojos suplicantes pidiéndote más en silencio y me coges en tus brazos, empapando por completo el pecho de tu camisa, me llevas a la amplia cama en la que me posas con suavidad mientras me susurras al oído que me deseas y tus labios recorren mi cuello con una dulzura infinita.
Cuando muevo mis manos para desabrochar tu camisa y poder abrazar tu cuerpo me doy cuenta de que estoy acostada sobre un lecho de pétalos, cientos de pétalos de rosa que previamente has colocado sobre la cama para hacer de este momento algo único e inolvidable.
Cierro los ojos para sumergirme aún más en las intensas sensaciones que me producen tus manos recorriendo suavemente mi cuerpo buscando el camino hacia mi cintura, me abrazas con fuerza mientras tus labios se deslizan buscando mis pechos que te esperan impacientes, mis manos están a punto de tocarte cuando no se muy bien qué me hace que abrir los ojos.
No te encuentro junto a mi, durante unos eternos instantes te busco, palpo la cama en la que hace tan sólo un momento me abrazabas, mis labios pronuncian tu nombre en un grito silencioso mientras la angustia se apodera de mi pecho y la locura que produce el miedo va ocupando gran parte de mi mente.
La habitación se ilumina por un momento y tú no te estás en ella, los pétalos de rosa han desaparecido, busco las copas de champán con la mirada cuando un fuerte ruido retumba en mis oídos, tan cerca que mi cerebro por fin reacciona y comprendo que todo ha sido un sueño.
Fuera sigue lloviendo, de nuevo oigo como las gotas de agua chocan contra el asfalto cada vez con más fuerza, por entre las rendijas de mi persiana vuelve a colarse un intenso resplandor que lo ilumina todo a mi alrededor y casi inmediatamente un gran estruendo me estremece de nuevo, mi habitación vuelve a quedarse a oscuras y yo me acurruco cada vez más entre mis sábanas.




Más historias calentitas en:     http://callejamoran.blogspot.com/

jueves, 6 de enero de 2011

"Este jueves, un relato"

YA VIENEN LOS REYES MAGOS






Queridos Reyes Magos:

Un año más os escribo esta carta para pediros mis regalos como he hecho siempre y con la ilusión intacta porque a pesar de mis años, o quizá debido a ellos, yo sigo creyendo en la magia.

Os diré que este año, como todos los anteriores, he sido buena porque no he ma­ta­do, ni robado, ni sobornado, ni  perjudicado a nadie, al contrario, me he por­ta­do bastante bien con mis se­me­jan­tes (he dicho que he sido buena no que haya sido tonta) y he ayu­da­do a las per­so­nas que me ro­dea­ban todo lo que he sabido.

Por eso os quiero pedir que esta noche dejeis en mi zapato algún detalle para mi y para mi familia, sobre todo para los más pequeños que son los que más disfrutan esos regalos materiales que provocan un brillo infinito en sus ojos y unos saltos inmensos llenos de alegría. Pero no os paseis, ya sabeis que poco antes que vosotros pasa por aquí el Olentzero y, como su recorrido es mucho menor que el vuestro, llega muy cargado de regalos para que termineis antes vuestro largo recorrido.

También os quiero pedir un poco de mágia para mi familia, sólo unas chispitas para que todo siga como hasta ahora, con que no cambie mi entorno es más que suficiente.

Como siempre junto al belén os esperan unas copitas de licor, unos vasitos de leche y unos mazapanes, para los camellos hemos dejado una palangana con agua y un poco de hierba fresquita, esperamos que repongais fuerzas con ello para seguir vuestro camino y que como cada año nos dejeis en su lugar un riquísimo roscón para endulzarnos el desayuno.

Besos mágicos para los tres.



PD:  Mi querido Baltasar:

Como siempre esta parte de la carta es para tí, como ya sabes eres mi rey mago especial ( perdona, mi REY MAGO especial, así, con mayúsculas), el guardián de mis sueños, ese al que le pido todos mis deseos secretos, los que necesitan una magia tan fuerte e intensa que quizá jamás se puedan realizar.

Ya te habrás imaginado que te voy a pedir lo mismo de todos los años (ya sabes que soy muy cabezona y no pierdo jamás la esperanza) haz lo que puedas, sé que la mágia es distinta de los milagros,  pero confio en que juntando la mágia de muchos años...

También quiero agradecerte todos los regalos que me has hecho hasta ahora, ya sabes que a veces me he enfadado un poco contigo porque no entendía muy bien tus presentes, como aquella vez que me regalaste una cuerda de esparto y pillé tal mosqueo que casi la tiro a la basura (menos mal que me di cuenta a tiempo de que era para ayudarme a salir de las arenas movedizas en las que me estaba hundiendo) o aquella otra en la me dejaste un transportador circular (esa vez ya tardé menos en darme cuenta de que debía aprender a ver las cosas desde otro ángulo).

Ahora sea cual sea tu regalo especial estaré encantada de recibirlo porque sé que será bueno para mí, por eso dejo mi sorpresa a tu intuición y espero con ganas que llegue en cualquier noche oscura para llenar mis días de colores.

Besos llenos de sueños sólo confesables para tí.

                                                  Mar




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