
Una vez me dijeron que "las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes" y como me gusta mucho viajar pues sigo por aquí, pero ahora que se presenta la oportunidad de pasear por ahí arriba sin que me reconozcan pues he pensado en aprovechar la ocasión y aunque la conductora es muy de fiar sigo sus recomendaciones de hacer testamento, por lo que paso a enumerar mis posesiones más valiosas y los que serán sus beneficiarios.
Mi libertad de movimientos es sin duda alguna para mi hermano, para que pueda volver algún día a disfrutar de su cuerpo liberado, mi primera intención fue darle el mío pero como en el fondo no creo en los milagros he pensado que esta es otra opción.
Mi cuerpo lo dono pues a la medicina, para que experimenten con cada uno de sus nervios y avancen lo suficiente para que mi mayor deseo se haga realidad, además puede que mis ojos casi recién estrenados puedan devolver los colores a alguien que lo necesite, mi corazón que algunas veces late a trompicones quizá le sirva a otra persona que no consigue hacer latir al suyo, mi sangre a lo mejor ayuda a mejorar alguna situación puntual,...
La alegría de vivir y la sonrisa de cada día al despertarme se la quiero entregar a mis hijos repartida exactamente en la misma proporción a cada uno de ellos, así unida a la que ellos ya tienen me aseguro de que no les falte ni uno sólo de los días de su vida
Mis emociones más profundas se las entrego a la persona con la que he convivido porque a pesar de tantos años juntos en ocasiones he sentido que no comprendía mis sentimientos.
Los baños de espuma relajantes con una suave música de fondo para mi hermana, con mis dos sobrinitos le vendrán de maravilla para recargar pilas, en estos primeros años de tanta actividad infantil.
Los paseos junto al mar para mi hermana pequeña y para mi otro hermano con la esperanza de que encuentren a alguien especial para ellos con quien poder compartir esos momentos tan especiales de charla y relax que consiguen que cada día sea especial y único.
Los recuerdos de mis juegos y las risas de mi infancia se las quiero ofrecer a mis sobrinos para que su inocencia infantil les dure mucho tiempo y todo el resto de mi familia pueda disfrutar de toda la ternura que ofrecen los que no han conocido nada más que momentos felices en su vida
Los cafés a solas en mi cafetería preferida del centro de los que tanto disfruto son para mi amiga (ya he dejado encargado que sean descafeinados) para que pueda disfrutar de esos ratos desconectada de todo y dedicada únicamente a conocer sus necesidades más profundas.
Las hojas en blanco de mi libreta se las ofrezco a mi amigo porque estoy segura de que con su gran corazón en poco tiempo descubrirá nuevas e intensas sensaciones y será capaz de llenar esas hojas con sentimientos de colores maravillosos que devolverán la alegría a sus ojos.
Todos mis defectos, el mal humor, el mal genio, la angustia, la rabia, las debilidades,... que algunas veces me invaden me gustaría que los incinerasen y las cenizas sirviesen de abono para que el árbol al borde del camino siga albergando los sueños de quienes le visitan.
Mi cuerpo lo dono pues a la medicina, para que experimenten con cada uno de sus nervios y avancen lo suficiente para que mi mayor deseo se haga realidad, además puede que mis ojos casi recién estrenados puedan devolver los colores a alguien que lo necesite, mi corazón que algunas veces late a trompicones quizá le sirva a otra persona que no consigue hacer latir al suyo, mi sangre a lo mejor ayuda a mejorar alguna situación puntual,...
La alegría de vivir y la sonrisa de cada día al despertarme se la quiero entregar a mis hijos repartida exactamente en la misma proporción a cada uno de ellos, así unida a la que ellos ya tienen me aseguro de que no les falte ni uno sólo de los días de su vida
Mis emociones más profundas se las entrego a la persona con la que he convivido porque a pesar de tantos años juntos en ocasiones he sentido que no comprendía mis sentimientos.
Los baños de espuma relajantes con una suave música de fondo para mi hermana, con mis dos sobrinitos le vendrán de maravilla para recargar pilas, en estos primeros años de tanta actividad infantil.
Los paseos junto al mar para mi hermana pequeña y para mi otro hermano con la esperanza de que encuentren a alguien especial para ellos con quien poder compartir esos momentos tan especiales de charla y relax que consiguen que cada día sea especial y único.
Los recuerdos de mis juegos y las risas de mi infancia se las quiero ofrecer a mis sobrinos para que su inocencia infantil les dure mucho tiempo y todo el resto de mi familia pueda disfrutar de toda la ternura que ofrecen los que no han conocido nada más que momentos felices en su vida
Los cafés a solas en mi cafetería preferida del centro de los que tanto disfruto son para mi amiga (ya he dejado encargado que sean descafeinados) para que pueda disfrutar de esos ratos desconectada de todo y dedicada únicamente a conocer sus necesidades más profundas.
Las hojas en blanco de mi libreta se las ofrezco a mi amigo porque estoy segura de que con su gran corazón en poco tiempo descubrirá nuevas e intensas sensaciones y será capaz de llenar esas hojas con sentimientos de colores maravillosos que devolverán la alegría a sus ojos.
Todos mis defectos, el mal humor, el mal genio, la angustia, la rabia, las debilidades,... que algunas veces me invaden me gustaría que los incinerasen y las cenizas sirviesen de abono para que el árbol al borde del camino siga albergando los sueños de quienes le visitan.