sábado, 18 de julio de 2009
SABADOS DE MERCEDES Mi aspecto, mis costumbres
A lo largo de mi vida, desde que tengo uso de razón, siempre he tenido la misma costumbre, cada mañana me he mirado en el espejo intentando averiguar cual es mi aspecto y nunca encontraba una respuesta clara, el reflejo de mi imagen me mostraba una amalgama de personalidades diversas surgidas a lo largo de los años dependiendo de las circunstancias vividas en cada momento.
Unas veces el espejo me enseña un aspecto infantil que consigue que mis ojos sonrían ante las sorpresas inesperadas que aparecen ante mi cada día, otras mi aspecto es más intelectual, como de estudiante, y entonces me acuesto con la sensación de haber aprendido algo nuevo pero sin embargo me sigo sintiendo tremendamente torpe.
En ocasiones me veo, como hija que soy, querida incondicionalmente y con un punto de rebeldía hacia la vida o como alguien que debe dar ejemplo por ser la mayor a sus hermanos.
La maternidad añadió a mi aspecto paciencia y un amor infinito además de unas preocupaciones hasta entonces desconocidas, y el trabajo sumó a todo lo anterior puntualidad, responsabilidad, formalidad y una gran cantidad de “lidad” más, hasta
algunas veces el espejo me descubre a alguien soñadora, alegre y hasta con un puntito sexy de vez en cuando.
Con tal diversidad de imágenes me era imposible darme cuenta de cual era mi aspecto real, hasta ahora, porque ahora por fin después de tanto tiempo me he dado cuenta de cual es mi aspecto.....
Mi aspecto es el de una mujer normal.
Etiquetas:
Sábados de Mercedes
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Yo busco la normalidad, en la despreocupaciòn.
ResponderEliminarMe suelo entonces olvidar bastante del espejo.
¡ ¡Asì es que formalidad, termina en dad! Se me ha ocurrido que tambièn puntualidad,...
Todo esto, muy agudo. Muy agudo y muy tranquilo.
Tèsalo.
Bueno es saber que ese síndrome de personalidad múltiple es síntoma de ser una mujer normal. Podría añadir unos cuantos roles que suelo descubrir en el espejo como la que no mira porque no quiere ver lo que hay. Muy interesante, Mar, un abrazo de otra mujer normal.
ResponderEliminarA lo lrgo de la vida, efectivamente, vamos cambiando, pero nuestro yo interior suele ser el mismo.
ResponderEliminarEfectivamente, si nos preocupamos de ver un poco el interior, somos my parecidos.
Muy normales....
Un besito
Como una mujer normal me identifico en todo lo
ResponderEliminarque dices.
Somos un compendio de
muchos sentires.
Hija, hermana,
esposa,madre,
compañera...
Biquiños
Será porque el espejo nos invita a la reflexión, podemos descubrirnos en él y, lo más importante, llegar a esa conclusión de la que hablas. Todo es así de sencillo, lo dicen los espejos.
ResponderEliminarUn abrazo sin distorsionar.
Yo creo que eso nos pasa a todas, según el día, nos sentimos de una manera o de otra, más niñas, más maduras, a veces muy torpes y dependientes y otras muy autosuficientes. Supongo que eso es lo normal.
ResponderEliminarUn abrazo
Una verdad como un templo de grande.
ResponderEliminarBesotes.
Paola.
Precisamente por ser "una mujer normal", tu belleza interior hace sentir envidia al espejo... Asi, no te lo creas del todo cuando la imagen no refleje lo que esperas.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Mar!!! estaba un tanto preocupada por mis actitudes frente al espejo, pero es lindo sentirse acompañada, entonces me sumo a la lista de mujeres normales.
ResponderEliminarUn abrazo, linda reflexión.
Todas esas, la infantil, la intelectual, la tierna, la sexy ... todas juntas y mezcladas, dan como resultado a Mar, una mujer como tantas, una mujer especial, una mujer normal.
ResponderEliminarComo yo misma.
un abrazo
jejjejeje...muy buena definición!: "normal"...qué "de todo" cabe en esa palabra!!!!jejjeej...al fin de cuentas la"normalidad" la hacemos entre todas las diversidades.
ResponderEliminarsaludos, desde el bus.
Mientras leí, crecía mi ansiedad por saber cual era la etapa actual... qué alegría encontrarte y encontrarme, con una mujer normal (lo que resulta muy especial, no vayas a creer...jajaja)
ResponderEliminarun fuerte abrazo.
muy bien resuelto,calidoscopio de colores a cada giro uno nuevo ,hasta llegar a esa conclusion contundente.
ResponderEliminarotra podria ser por aqui:son varios los personajes que debemos representar en esta obra de la vida hasta que termina èsta y debemos desprendernos de todo el vestuario y maquillaje.
ramo de cariños
No sé si es tan normal alcanzar la perfección en los roles, la puntualidad... un día retrasarse, otro llegar antes, no llegar, alcanzar en punto... para mí la normalidad no existe o existe, pero si miras bien, dentro de la persona existe ese pico, la hendidura que constituye la idiosincracia de su ser frente a la normalidad, la identidad!!!
ResponderEliminarY yo te diría Norma, que no renuncies a ella a fin de encajar en la normalidad
Consejos vendo, para mí no tengo, jajjaja.
Buena reflexión.
Un abrazo desde estos mares de encinas extremeñas.
el ri0 nunca es el mism0...
ResponderEliminaresa frase cre0 que te resume, que n0s resume...que resume el relat0,mar...
mas añad0 mi pr0pia c0nvicci0n:
en algun esc0ndrij0, a partir de una cierta edad , ya f0rmad0s, esa edad puede ser, n0 se, l0s 20???, mas 0 men0s... a partir de una edad, ya n0 cambiam0s, ya n0s hem0s f0rmad0 y s0m0s l0 que s0m0s...al men0s es0 cre0...
salud0s, mujer c0mun.
medi0 bes0.
...Y que curioso, por qué el espejo siempre es el mismo, él sólo refleja tu realidad y esa es cambiante, cada etapa diferente, la niña sorprendida, la joven intelectual, la mujer rebelde, la madre paciente y amorosa.
ResponderEliminarNada del otro Mundo, ...una mujer NORMAL.
Felicidades por ello.
Besos
Yo también tengo esa costumbre y como tú he visto variar mi aparicencia en función de los vatares de la vida por los que he pasado. Me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarUn beso