martes, 14 de julio de 2009

SABADOS DE MERCEDES Algo sobre mi madre


Durante mi adolescencia pensaba que mi madre era poco menos que mi enemiga, ella me imponía la hora de vuelta a casa (prontísimo para mi gusto), me daba la paga semanal (insuficiente a mi modo de ver), me mandaba ordenar mi cuarto los fines de semana (agotadora tarea), y quería enseñarme a coser y a hacer punto, a lo que yo me negaba, quizá porque durante mi infancia siempre la recuerdo tejiendo, sus dedos se movían a una velocidad sorprendente y antes de que nos diéramos cuenta tenía terminado un jersey nuevo para alguno de nosotros.

En aquel entonces no me daba cuenta de todos los valores que poseía como persona, y creo que no me di cuenta de ellos hasta que yo misma fui madre y tuve que enfrentarme a los mismos hechos que ella, ella se preocupó de que estudiáramos todo lo posible y nos enseñó a ser solidarios, a no mirar a nadie por encima del hombro, pero también a no bajar la mirada ante nadie, nos enseño que la amistad es un tesoro y como tal hay que cuidarlo y mimarlo.

Mi madre es la persona más generosa que he conocido, la he visto volver a casa, coger un abrigo suyo preparar un bocadillo y un termo de café caliente y salir con todo bajo el brazo para dárselo a una persona que estaba pidiendo y tenía frío, siempre nos dice que hay que repartir con los que tienen menos que nosotros para poder sentirnos bien con nosotros mismos.

Gracias a ella, sobre todo, somos como somos, tal vez no pueda decir que somos los mejores seres humanos sobre este mundo, pero yo estoy orgullosa de cada miembro de mi familia

3 comentarios:

  1. Pues yo tampoco acerté el tuyo, Mar.
    Empatadas a despitaillas, jajaja.

    Bueno, eso pasa siempre.
    Yo en mi adolescencia tambien encontraba a mi madre muy antigua, y muy pesada. Me enfadaba con ella muy a menudo, pero luego, conforme pasan los años y eres madre, entonces ahí ya empezamos a comprenderlas y a ver las cosas desde su punto de vista.
    Y es que la maternidad es algo muy grande y muy bonito.
    Besitos

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  2. Creo que casi todos hemos sentio lo mismo de nuestras madres.
    Luego lo habrán pensado de nosotras, y ahora ya me rio, porque mi nieta meyor la dice que mamá es pesada.....
    Y es que todo se repite.
    Un besito, carino.

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Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque esta sea un simple murmullo.
Confucio