La primera vez que me regalaron un teléfono móvil no me hizo una especial ilusión, corría el año 1993 y yo no le encontraba realmente sentido a eso de llevar un teléfono en el bolso (que ilusa era), a pesar de ello, como era de esperar, puse buena cara y hasta creo que fingí bastante bien.
Me pasé casi toda la mañana metiendo en el susodicho telefonito todos los nombres y números de familiares y amigos más allegados, tarea harto difícil dado el tamaño de las teclas del aparatito, y sobre todo interminable, porque encontrar las letras y conseguir una vez marcadas que la que se quedase grabada fuese exactamente la que necesitaba y no la anterior, o la posterior, o uno de esos dichosos simbolitos que no sabía ni lo que eran, era una tarea imposible.
Una vez conseguido, ¡Por fin!, llegó el momento de comunicar a todas esas personas la maravillosa noticia del día, (desde el teléfono fijo, por supuesto, que siempre es mas manejable), mi nuevo número de teléfono en el que a partir de entonces estaría disponible para todos y cada uno de ellos a cualquier hora del día o de la noche y durante todos y cada uno de los días de lo que me restara de vida para lo que gustasen.
Después de tan ardua tarea pensé que me tenía bien merecido un descanso y me fui con mi marido y mi niñita a tomar un café en una terraza junto al mar (que eso siempre relaja mucho), pero ese día parece que todo se confabulaba contra mi y estaban muy ajetreados porque sonaba constantemente el teléfono y nadie tenía tiempo de cogerlo por lo que después de la quinta o sexta vez que sonaba me comenta mi marido :
-Es una pena que con la tranquilidad que se respira aquí no pare de sonar el teléfono.
-Si, es cierto, podía cogerlo de una vez alguno de los camareros- le contesté yo un poco indignada porque el molesto "ring" rompía la paz de aquel maravilloso lugar, a lo que él me contestó con toda la seriedad que requería el momento.
-Estoy seguro de que cualquiera de ellos lo haría encantado, pero creo que ninguno se atreve a meter la mano en tu bolso.
yo uso el móvil de despertador jajaja Bueno y cuando viajo también me resulta cómodo para localizar a la gente, pero nunca me llama nadie!!! es curioso. Bueno, con el fijo me pasa lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo Mar
Estoy contigo Mar, es un coñazo esto del movil! Yo tengo porque lo necesito y porque supongo que hoy en dia todo el mundo tiene uno pero es sencillamente manejable porque es bastante agobiante. Le tengo puesta una musiquilla de moda, de la Rihanna (la de Disturbia) pero normalmente como lo lleve en el bolso ni me entero!
ResponderEliminarBueno chica me ha gustado mucho este post de sábado literario.
Un beso silencioso
Muy bueno ese final de mujer "despistadilla".
ResponderEliminarCuantas veces suena un móvil en un restaurante y todo el mundo mira a los demás, sin saber que es el suyo el que lo hace.
Aprovechando la ocasión te diré que un par de veces he escrito acerca del móvil. Seguramente porque soy un esclavo moderno de ese artilugio tecnológico.
-Movil de empresa 24 horas de servicio. Un verdadero fastidio
"Ha nacido una nueva esclavitud y los que nos pensamos que somos pilares de nuestras empresas,(probrecitos) no somos más que esclavos modernos…"
Bueno sigo de paseo un ratito más
Un beso telefónico
La libertad se ha perdido en mayor grado y medida, nuestro tiempo lo controlan, quienes en despistadas horas, te llamana y no coges el teléfono, derecho claro a tu libertad, pero no queda como algo anecdótico , resulta que te exigen enfadados el que hayas correspondido a la llamada, sinceramente reconozco que es en ocasiones necesario pero nos ha privado de libertad.
ResponderEliminarUna reconocida por todos, seguro,
Primera vez...
Besos.
Nyma
muy bueno tu relato, realemente ahora es necesario, pero hay momentos en que los hariamos callar, y sonrio mientras miro el mio como se carga al lado de donde estoy escribiendo... el final ha sido soberbio... y a quien no le ha pasado alguna vez...
ResponderEliminarA mi tambien me paso al principio.
ResponderEliminarEra un desastre, o lo llevaba pero apagado, o encendido pero no lo oia, o iba haciendo llamadas perdidas sin yo saberlo, porque iba dando tumbos por el bolso, sin bloquear.
Me pasaba de todo.Y cuando lo necesitaba no tenia saldo.
Solo lo gastaba en verano, en invierno lo guardaba en un cajón hasta el año siguiente.
ja,ja,ja,
Y ahora, si no lo llevo, como si me faltara algo.
Besitos Mar
Yo sigo sin acostumbrarme al dichoso telefonito. Me lo olvido en casa, se queda sin batería, no lo escucho ... no sé, creo que vivía mas tranquila antes de tenerlo. Aunque debo reconocer que me ha salvado el pellejo en un par de ocasiones.
ResponderEliminarMe reí mucho con la foto que subiste!
un abrazo
SON UN MAL TAN NECESARIO ¡¡¡
ResponderEliminarYO AL MENOS AHORA NO ME MANEJO SIN EL, PORQUE HASTA DE DESPERTADOR LO USO JEEJJEJE
ME GUSTO LEERTE, Y SIGO PASEANDO
HASTA EL PROXIMO ENCUENTRO
ja...ja... Es que al comienzo de todo eso, no éramos conscientes de nuestra realidad cercana, y mucho menos de lo que nos iba a acontecer con el paso del tiempo.
ResponderEliminarEs el mundo de las nuevas tecnoligías.
Un abrazo
Muy bueno tu relato, Mar. Por lo menos ya has conseguido "meter" a todos dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maat
jejeje, como han cambiado los tiempos en unos pocos años ¿Verdad?
ResponderEliminarUna anécdota divertida la tuya. :)
Un saludo
Ja ja, me hiciste acordar algo parecido me paso pero no era la primera vez, todos me hacían señas como que mi teléfono sonaba y yo no me daba por aludida. Saludos.
ResponderEliminarGenial el relato y genial tu marido. Mi enhorabuena para los dos, os la merecéis. Una cosa, me pregunto si desupués hubo risas o bronca; es que la escena me resulta tan familiar. Jajaja.
ResponderEliminarBikiños
Ahora, todo el mundo sabe o sabemos, donde está cada amigo o familiar en cada momento...si, es un coñazo, pero como todo, la tecnologia avanza y con ella el progreso.
ResponderEliminarEsto del móvil, siempre ha tenido sus ventajas y sus inconvenientes.
Me ha gustado Mar tu escrito para el Sábado. Escribes de miedo y encima con iusión.
Cada día me alegro más de haberte encontrado. El día que vi tu blog y tus palaras, me encandilaste y me llegaste hondo, lo sabes.
Un beso enorme y profundo de Mar azul!!!!!
Por cierto, una foto muy adecuada y graciosa!
ResponderEliminarJejejej.
Besos reiterados!!!
Jaja, muy buena la frase final.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAyyy, el bendito y, a la vez, maldito móvil. El mío forma parte de mi vida, como le pasa a la mayoría del mundo. Eso sí: a veces lo pongo silencio, para concederme un respirito , y oye: ¡¡entonces no llama nadie!!
ResponderEliminarUn besazo
Muy gracioso, jajjaa y me has hecho también mi "primera vez" que fue menos farragosa que la tuya porque a mí sí me hacía ilusión.
ResponderEliminarUn beso,
Juanma