LAS RELACIONES PATERNO-FILIALES
¡Como han cambiado los tiempos!.
A veces pienso en mi vida y me parece increíble tantos cambios en ella, ¡y eso que ha sido corta!, bueno, corta quizá no, pero se me ha pasado con mucha rapidez.
Recuerdo mi infancia en este pueblo en el que acabo mis días, antes era mucho más pequeño apenas unas cuantas casas, en el nació mi madre y en el vivió toda su vida sin conocer otra cosa que estos paisajes. Aquí nacimos también mis hermanos y yo, ¡era todo tan distinto!, apenas fuimos al colegio un par de años, suficiente para aprender a leer, escribir y "las cuatro reglas", ¡y que orgullosa estaba nuestra madre de nosotros!, ella no sabía leer ni escribir "eso es para las familias pudientes" nos contaba, así que nosotros aprovechábamos cada lección al máximo y pronto nos pusimos a ayudarles en las faenas del campo.
Mis hijos nacieron en la capital, allí me fuí con mi difunto marido buscando un futuro mejor para nosotros, trabajamos duro para darles una educación mejor que la nuestra, nos creíamos muy modernos y les quisimos educar en el respeto, no en el miedo como fuimos educados nosotros.
Ellos fueron al colegio durante muchos años, ¡ nada más y nada menos que hasta los 14! después, gracias a su formación, encontraron trabajo en talleres diversos, ¡hasta las chicas comenzaron a trabajar en una fábrica de corte y confección de ropa!, el futuro nos sonreía y éramos muy felices.
Mis nietos fueron educados de otra forma, "en la confianza" decian mis hijos; los tiempos habían cambiado mucho y ellos fueron a la universidad, cuando mi primer nieto terminó su carrera me parecía increible, ¡si lo hubiera visto mi madre!, es abogado, trabaja en un despacho y siempre viste de traje; e igual los demás, todos en muy buena posición y casados o "rejuntados" con chicas de su mismo nivel, todos son muy elegantes.
Cuando vienen a verme al pueblo (nos trasladamos aquí tras la jubilación de mi marido) me siento feliz, me gusta ver como mis nietos hablan con sus padres y conmigo de forma completamente distinta a como lo hacía yo con los mios, me gusta su cercanía y su confianza.
Ahora mi nieto mayor tiene un niño precioso, ¡mi primer biznieto!, y me pregunto como será educado él, me gustaría verle de mayor para poder comparar otra generación más, pero mucho me temo que no será posible, a mis 92 años dudo mucho que llegue a verlo; aunque yo desde luego pondré todo lo posible de mi parte y ¡quien sabe...!
Más historias paterno- filiales donde Gus: http://callejamoran.blogspot.com/
Hola Mar.
ResponderEliminarVarias generaciones con sus circunstancias. ¡Cómo han cambiado los tiempos!. La pregunta del millón es ¿en dónde está la felicidad? ¿No es esa la búsqueda constante del ser humano?.
Cuando desconoces las máquinas de tricotar, eres feliz con las agujas de tejer... Es así la vida.
Me ha encantado tu relato.
Un besito.
Está claro que para una persona de esa edad estos tiempos tienen que ser el caos. Al menos tu protagonista disfruta del progreso, aunque creo que es una suerte para ella porque debe ser de las pocas. La gente de esa edad a la cual los hijos llamaban de Usted, suelen llevar mal lo acontecido en estos tiempos donde valores y respeto en la mayor parte de los casos se han perdido. Hemos progresado en muchas cosas pero en otras muchas hemos ido hacia atrás. El hecho de que esa abuela este orgullosa de sus hijos, sus nietos y si el tiempo se lo permite de su bisnieto, es también de alguna manera labor suya, que inculcó valores a sus hijos que estos han traspasado a su vez a los suyos. El progreso no debería “cargarse” lo esencial.
ResponderEliminarUn beso grande
Que bonito debe ser llegar a esa situación. Yo ahora sueño con ser abuela y me entra un no se qué de felicidad que aún no puedo describir, esperaré a que llegue ese momento, si ademas veo a mis biznietos, y con la cabeza bien por supuesto será una explosión de felicidad.
ResponderEliminarMuy bonito Mar
Un beso
A quién iria dirigida esta carta...¿ A nosotr@s?
ResponderEliminarAbuela, gracias por compartir todas esas vivencias con nosotros.
Gracias por ir evolucionando con el tiempo, sin aspavientos, todo lo contrario, amoldándose a ellos...
Dicen que ningún tiempo pasado fué mejor... Si eso creo yo también.
Lo que pasa es que tendemos a idealizar al pasado.
Es algo asi como a los muertos. Cuando alguien se muere, es como si de pronto, se borrara todo y solo quedara lo bueno.
Seguramente porque asi se llevará mejor la pena...
Eres, perdón, es usted un ejemplo.
¿Se dá cuenta como es un referente y cuánta gente buena ha salido de ello?
Si la semilla es buena, el trigo suele ser de buena calidad, no falla.
Es usted una persona provilegiada. Poder haber visto tantas cosas, tantas vidas, y seguir apreciándolo todo...
Ea, que siga usted bien, tan lúcida y con el corazón tan lleno de sabiduría y esperanza.
Así se escribe la historia, buena mujer.
Mar...maravilloso!!!!!
...quien sabe....quien sabe.... porque se nota la fuerza vital de esa mujer, que ha visto tanto y pasado más... y sin embargo todavía tiene ganas de vivir. Gente de esa generación sí que vió cambios y los sufrió tan derepente. Nosotros quizás ya estemos curados de espanto y no nos asombre tanto, pero alguien de comienzos del siglo pasado, uy Dios!!! si tendrá para asombrarse...
ResponderEliminarTu relato deja un sabor dulce de cambios pero con una constante: el cariño por la familia.
Un precioso relato, Mar.
Te mando un fuerte abrazo.
Los tiempos cambian !gracias tiempos!, pero a veces siguen según que prácticas.
ResponderEliminarPara cambiar tiempos hay que cambiar personas y mentalidades. Nada que recriminar a nadie, cada cual es hijo de su tiempo, pero los hay que dale que dale...en el Neolítico, otros abiertos como ventanas que dibujan paisajes cambiantes.
En la mar, MAR, navegan el barco de la memoria, y en esas aguas los pececillos viejos, jóvenes, bebés, incluso aquellos que se fueron, persisten.
He navegado paisajes, sabores, gentes, maneras, que nos describen y nos explican, eso he sentido porque tú me lo transmites intenso. Besitooos.
Es cierto: visto a la distancia se ha avanzado mucho en cuanto a educación y trato entre generaciones. Para los que ya están mayores, cada detalle de la vida de hoy resulta un contraste enorme (inimaginado) con lo que ellos conocieron en sus años mozos!
ResponderEliminarMi papá tiene 89 y no deja de asombrarse.
Un abrazo.
es curioso..te lei a eso de las 5.30...me llamaron y no pude dejar comentario...estoy seguro de que me llamo esa señora de 92 años para que supiera lo que es el paso del tiempo, aunque sea a otros niveles, no a los niveles de ver cómo cambia la mentalidad de la gente....¡¡¡¡
ResponderEliminarmar...alguna vez he meditado a cerca de mis mayores, hablo ya de gente que ronda los 70 y mas...y es que esa gente ha visto a todos los niveles cambios butales...he medtado cómo se han ido adecuando a esos cambios...¡si es que lo han hecho, claro esta¡¡¡...a cerca de lo traumatico que puede haber sido...si es que lo ha sido...y mi respuesta suele ser la incomprension...¡no he sido capaz de mterme en su piel¡¡¡...mas hace poco me di cuenta de que y tambien a mis 47 he asistido a cambios bruscos en cuanto a las relacines prsnales, amen de los demas cambios...y ha sido cuando me he percatado de que si la gente se ha ido adaptando mejoor que peor como yo, pues la verdad, no es dificil el hecho de cnvivir con estos fuertes cambios acaecido desde hace 100 para aca...
beso,
Varias generaciones, que han ido avanzando en status, en conocimientos, varios protagonistas y un solo hilo conductor. El cariño transmitido de padres a hijos, como elemento aglutinador de esas generaciones, abuela, hijos, nietos, biznietos. Han cambiado mucho las cosas, las posibilidades, las formas de comunicación, pero el cariño sigue siendo el mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues si, ahora el acceso a la educación es igual para todos, y la distancia entre padres e hijos es menor; aunque el inconveniente es que mucha juventud valora menos la cultura.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Mar:
ResponderEliminarnos dejas aquí unas líneas sencillas pero que dicen tanto... Tu es estilo es llano, sin giros raros, sin sacudidas imprevistas, sin obstáculos en el camino, sin señales incomprensibles. Como el hablar de esta mujer, su narradora, que apenas fue dos años a la escuela. Y, sin embargo, ¡cuánta sabiduría la de ella! Y ¡cuánta la tuya! A conciencia o no, nos dejas aquí un texto que llega directamente al corazón y que me hace recordar y reflexionar a mí, esta mañana fría de invierno, aquí, en el otoño de mi vida hija de dos y madre de tres. Y, nieta, claro, también nieta. No sé si mi abuela fue a la escuela; sé que mi madre, lo justo. Yo fui educada en el respeto y fui una privilegiada al poder ir a la universidad, y al extranjero! Una curiosidad: a los seis años, un año que viví en el pueblo, tuve de maestra a la misma maestra que mi madre.
Mis hijos, educados en la confianza.
¿Mis nietos? Ayer, por primera vez, mientras visitaba al bebé de un mes una amiga que está en la UCI (ya está mejor) sentí que quería ser abuela. ¡Qué gracia! Pensaba que ya me había hartado de niños.
Gracias Mar, de corazón. Del corazon de esta Mar
Mar, que me he enrollado y se me ha ido de la cabeza. Que al leer el pensamiento de Confucio que aquí nos dejas, he pensado que exactamente así es tu texto: una voz clara.
ResponderEliminarMe gustó mucho chica. Felicidades. Muy bien escrito.
Leyendo tu repaso de esas cuatro generaciones da muy buen rollo, la evolución que han vivido tantas familias. He visto reflejadas muchas personas que conozco.
ResponderEliminarSobre esa desaparición del miedo, te cuento una anécdota. Hace unos días estaba con un grupo de amigos. Vinieron mis hijas (20 y 19 años), se sentaron en el grupo, intervinieron en las conversaciones y se bebieron una cerveza. Uno del grupo confesó sentir envidia porque él, aún a sus más de 40 años, no puede comportarse tan libremente con sus padres.
Si los tiempos han mejorado.
Gracias por llevarme a esa reflexión, Mar. Y un beso.
Mucho ha cambiado la vida para personas que llegan a cumplir tantos años, pero en este caso parece que para bien.
ResponderEliminar¿Lo que más me ha gustado de tu relato? la evidencia de que el paso del tiempo y las costumbres no estan reñidas con la mezcla generacional. Una gran perdida el que ahora no coincidan varias generaciones bajo el mismo techo.
ResponderEliminarBesoss
Hermoso relato mar!
ResponderEliminarMe conmueve el entusiasmo de esa persona por no querer perderse lo que se viene. Otras quizas decepcionadas, hubieran desistido de mirar a los de las generaciones posteriores.
Quien sabe, tal vez la fortuna la acompañe.
Un beso y hasta otro momento
He llegado a este blog por una pura casualidad buscando un dibujo para colorear con mi hija.
ResponderEliminarMe he quedado impresionado con la claridad de las palabras de Mar... ´me has alegrado el día. qué gusto que haya genet como tú
Gracias