jueves, 11 de marzo de 2010

"Este jueves un relato" Convocatoria literária




EL TESTIGO



Pronto terminaría el juicio en el que estaba trabajando.

Martín lo estaba deseando desde el mismo momento en que le avisaron para que se hiciese cargo de la defensa de oficio de aquel grupo de chicos acusado de matar de una paliza a un joven en una calurosa noche de verano. Al anterior letrado le había venido grande el caso, se había puesto oportunamente enfermo poco antes de la fecha fijada para la vista, y a él no le había quedado más remedio que ponerse al día con los hechos en un tiempo record.

Mientras estaba de pie esperando a que el juez hiciese su entrada en la sala del juzgado, pensaba en que era más que factible que consiguiese para ellos la absolución por falta de pruebas concluyentes, tan solo quedaba un testigo por parte de la acusación por subir al estrado, lo habían dejado para última hora porque se había trasladado a vivir a otra ciudad, pero estaba convencido de que su testimonio no iba a alterar para nada el resultado favorable que hasta ahora había conseguido, es más, estaba seguro de que al final le sería benificioso para demostrar tajantemente que sus defendidos eran en realidad víctimas de un terrible complot para hacerles cargar con un crimen que no habían cometido.

Sabía perfectamente que argumentos debía utilizar para tenerlo todo a su favor, les había dado instrucciones precisas a los acusados en cuanto a su forma de vestir, pantalones vaqueros, camisas y zapatos o deportivos, nada de botas, les había dicho. Con el afeitado de sus cabezas no podía hacer nada, pero tampoco le preocupaba mucho, él también la llevaba rapada para disimular su incipiente calvicie, podría tirar por ahí en el caso de que surgiesen dudas.

Observó la cara del abogado de la acusación cuando vió entrar en la sala a su último testigo, sonrió viendo como poco a poco se iba quedando pálido y como su cuerpo se desinflaba de repente. Tal y como Martín había supuesto la acusación unicamente había hablado con el testigo por teléfono y no se había entrevistado cara a cara con él antes del juicio, por tanto no se había dado cuenta de que el testigo al igual que el joven asesinado ....


......era negro




Más relatos en el blog de Gustavo http://callejamoran.blogspot.com/

13 comentarios:

  1. Son imponderables de un juicio, cuando el abogado, no cuenta nunca con el factor sorpresa.... Siempre se queda un cabo suelto....y ese pequeño detalle puede desbaratar todo el trabajo y estrategia que se haya poidido montar y preparar...
    Es cómico... el color de la piel de testigo....
    Magnífico, plas, plas, (aplausos)

    ResponderEliminar
  2. De ahí la necesidad de contar con un buen abogado, no uno que arregla testimonios por teléfono! jejeje

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. El ejercício de la abogacia tiene esos imponderables. La conciencia debería jugar su papel, y si eres parte de la defensa ya sabes lo que toca. Un crimen racista que puede quedar impune, un factor sorpresa que se le pasó al abogado, fallo garrafal, !un negro! Se disparan las alarmas del juez y el jurado. Es un caso de cada día en cada ciudad ocurre, y voy más lejos, los chicos rapados, a buen seguro neo-nazis, el muchacho negro asesinado y el testigo, asunto de pandillas, asunto de marginación, asunto de falta de educación, xenofobia, asunto feoooo que no se arregla a golpe de juicio o de correccional, peludo asunto el de los pelados. Feo caso el del testigo negro, con su sola aparición nos descubre una historia bien clara.
    Besitooo, !ave! nos pasas el testigo para meditar, te felicito Mar, bsito cariñoso.

    ResponderEliminar
  4. Impactante el desenlace. Bien lo has hecho!!!
    Es interesante los distintos enfoques que le hemos dado al tema, creo que ese es uno de los motivos más interesante de este "juego literario".
    Besotes a tí y al mar.

    ResponderEliminar
  5. Algunas piezas sorprendentemente estàn ardiendo. Aunque haya pasado mucho tiempo.
    Realmente, èstas son incandescentes.


    Tésalo

    ResponderEliminar
  6. ¡¡¡culpables!!!
    t0d0 e rat0 he estad0 pensand0 en este plural, mar...clar0 que al final...uf...ni idea¡¡¡
    sabes, mar?, s0lem0s incriminar a l0s presunt0s, habl0 de presunt0s que saen en medi0s de c0municaci0n, en juici0s paralel0s...se n0s suele 0vidar que hasta que un juez dictamine ese re0 es s0l0 es0, un re0...
    asi me ha sucedid0 a mi mientras te leia...
    medi0 bes0, mar...

    ResponderEliminar
  7. Al final parece que no
    lo tiene tan fácil.

    Un buen relato como
    todos los anteriores.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Gus...añado, estoy contigo, eso siento a veces, juicios antes de sentencia, los presuntos ya culpables, aterradoras imagenes que he visto en TV de las gentes con ganas de linchar, de no ser por la polícia, los liquidan. !Qué vergüenza! la béstia cuando se escapa y se junta, es una manada, pierde la razón. Añado otro bsito, Mar.

    ResponderEliminar
  9. ¿Algún día dejaremos de hablar de colores?
    Me temo que no

    ResponderEliminar
  10. Buena historia. Y final feliz, lamentablemente el trabajo de Martín parece que no habrá servido, pero los crímenes racistas y absurdos (racismo = absurdo) no deberían quedar impunes. Creo que estamos dejando de hablar de colores, pero hay una corriente contracorriente que se empeña en mantenerlo.

    ResponderEliminar
  11. Muy buen relato y tema, lamentablemente estos skin head, son uno de los peor movimiento que existen en la actualidad.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Un blog que le puede gustar a Usted:

    http://mermaidlullaby.blogspot.com

    ResponderEliminar

Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque esta sea un simple murmullo.
Confucio