Abrió la puerta del comedor y miró a su alrededor con recelo, no había nadie a esa hora tal y como había imaginado, no le apetecía encontrarse con la gente, sabía que le mirarían con insistencia y eso le molestaba, le molestaba sus miradas de sorpresa y las risitas y comentarios entre ellos hasta que alguno de todos esos locos que nunca sabían ni en que día vivían, comenzaría a preguntarle por su trabajo, nunca eran capaces de recordar nada de lo que les explicaba, por eso quería disfrutar de un café a solas antes de que comenzara a llegar todo el grupo.
Saludó a la camarera que le dirigió una sonrisa cómplice y se apresuró a ponerle el café como a él le gustaba, mientras ella le servía se miró en el espejo que tenía a su izquierda y confirmó que su aspecto era impoluto, su uniforme de general lucía impecable y el lustre de sus zapatos era perfecto, hoy era jueves, un buen día, tendría que poner a todo el pelotón firme pero al final conseguiría que lucieran como en un desfile.
Estaba encantado de este nuevo trabajo en el que podía demostrar sus dotes de mando, no como en el anterior en el que a pesar de tener un cargo intermedio de oficina le trataban como a un recadero y le estaban volviendo loco de un lado para otro, desde que entró en esta gran empresa tenía libertad absoluta para demostrar sus habilidades y eso hacía, cada día les demostraba de todo lo que era capaz, mañana sería viernes y aunque no le gustara tanto cumpliría con sus funciones de médico, escucharía todas las quejas de estos locos y les estendería sus recetas, al fín y al cabo pronto llegaría el fin de semana y podría oficiar sus servicios religiosos, escuchar sus pecados e imponerles su penitencia.
Mar, esta vez, te has acercado, muchas gracias.
ResponderEliminarSomos lo que quieren los demàs, lo que acaso, a ellos les guste. El loco, que yo he sido y sigo siendo, procura evitar que haya conflictos.
¡Què mejor papel, que hombre de paz!
Me ha gustado y me ha intrigado.
Tèsalo.
Te felicito por tu enfoque en la propuesta y lo acertado del relato. Me gustó leerte una vez más, un jueves, o un sábado, o el dia que sea, me va muy bien hacerte una visita.
ResponderEliminarmuchos cariños
No hay nada como descubrirse en el espejo. Jugar a ser Dios no da resultado si los que te rodean son sólo un ejercito ciego.
ResponderEliminarUn beso
Parecece que oficiar en
ResponderEliminarsus múltiples servicios
en un mundo de locos
le va como anillo al dedo.
Miedo me da de lo que será capaz.
Besos
Qué feliz el loco con su locura, actor de variados papeles, lejos de la oficina que lo enloqueció.
ResponderEliminarA veces la vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida, segun cantaba el Gato Perez, otro loco irrepetible.
¿Nos veremos en otros jueves? Tal vez, buena idea de Tèsalo.
Mar, felicidades por dar con esta locura, bsito, natalí
Se te ha olvidado que el general los lunes reparte correo en otro uniforme porque si no, se seguirán perdiendo las cartas de sus sobrinos, que hijos reconocidos no tiene porque la novia le dejó el día de la boda que cayó en martes y él que se había vestido como siempre para ejercer su oficio de socorrista, se quedó solo delante de la iglesia y los huéspedes... Da mucho de sí tu personaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me recuerda a una no resuleta personalidad multiple o multiples yoes que intentan integrarse en una sola conciencia.
ResponderEliminarfelicidades mar. Me ha gustado leerte y en viernes.
Un besazo
quien pudiera recrear tantos oficios de una manera tan gustosa
ResponderEliminar!Solo un loco!
cariñitos
¡Caray! Y yo pensando que aportaba algo de originalidad. Me quito el sombrero.
ResponderEliminary de paso te mando un abrazo y un ¡ole!
Me gusta escucharte relatando...
ResponderEliminarEl desenlace final, donde se muestra todo tu personaje, es encantador e intrigante.
Te mando un beso grande de mar, de nuestro mar.
Eres encantadora. Mil gracias por tus palabras y tu comprensión siempre.
Las psicosis hace que muchos seamos expertos en todo, muy buen relato de locos, ahora no sé de que lado estoy.
ResponderEliminarBesos, buena semana, nos vemos el jueves.
Mar, mi convocatoria literaria, efectivamente, ee este JUEVES. Muchas gracias, pues me has advertido de un despiste.
ResponderEliminarLíbrenos Dios de profesionales que ejerzan en esas materias sin tener vocación para ninguna; mucho menos si lo hacen en varias al mismo tiempo. Maestro de todo, aprendiz de nada.
ResponderEliminarMe gustó tu relato, aunque prefiero no tropezarme con personajes similares a tu protagonista.
Un cálido abrazo