Una segunda oportunidad, Sábados literarios de Mercedes

Querida Tina:

Si tan sólo pudiera volver a ver tus ojos una vez más, contemplar tu carita una vez más, revivir aquellos momentos felices que pasamos juntos...

Ya es tarde para todo eso pero necesito saber por qué, por qué te has ido, porque me has dejado sólo con tu recuerdo, vivo pensando en ti e intentando olvidarte, pero es un esfuerzo inútil sé que no lo conseguiré, me resulta tan difícil no pensar en ti cada minuto que pasa.

Cuando llegué al parque ese día y tu no estabas esperándome, en mi interior supe que te habías ido para siempre pero me quedé allí quieto sobre la hierba húmeda, oteando el horizonte y esperando a que volvieras, confiando en que lo harías, que regresarías, pero no lo hiciste y el dolor no desaparece, no se alivia, al contrario, se agudiza cada día que pasa.

Nunca pude imaginar que fuera posible vivir con un dolor tan inmenso, creí que un dolor así me mataría, pero no, continuo vivo, o algo parecido.

Mi familia se preocupa por mi salud; no sé cómo se enteraron de que te habías ido, no recuerdo haber comunicado a nadie mis sentimientos de amor por tí, tampoco la inmensa tristeza que ahora me invade, no puedo hacerlo porque sigo esperando que vuelvas, ellos al principio sólo comentaban a quienes les preguntaban que estaba algo alicaído pero según pasan el tiempo la situación se ha agravado, la gente se vuelve a mirarme por la calle, parece como si les asustara mi aspecto, he tenido que dejar de salir al parque cada tarde, pero no me importa, no soporto ver a los demás felices, comiendo, riendo, jugando… ¿cómo puede el mundo seguir girando para todos si para mí se ha detenido?.

La pena se ha apoderado de mí, esto no es lo mismo sin ti, no puedo parar de llorar, me siento solo, triste; nadie te podrá borrar jamás de mi mente, si me dieras una segunda oportunidad lo dejaría todo por ti, sería incluso capaz de abandonar la maravillosa familia que me acoge y cuida como si fuera uno de ellos para recorrer contigo esos caminos lejanos que tanto añorabas.

No sé cuanto tiempo ha pasado desde que te fuiste, pero siento como si de una eternidad se tratase y aquí en la silla frente a la ventana, te sigo esperando, eternamente.

Siempre tuyo:

Toby